PROBLEMAS DE CONDUCTA EN CANINOS "AGRESIVIDAD" (Nota publicada en revista digital www.animalesxxi.com)

Cuando nuestro perro tiene un problema de conducta nos desesperamos ante la imposibilidad de poder manejarlo y la dificultad que se produce en la convivencia entre el animal y el grupo familiar. Muchos dueños se debaten entre tolerarlo estoicamente o buscarle otro dueño. Pero sin llegar a estos extremos mejor es tratar de comprender cual es el problema y como solucionarlo.
Algunas conductas del perro son normales para la especie pero molestas para el dueño, otras realmente son alteraciones del comportamiento, siendo en muchos casos peligrosas para las personas y para el propio perro. Además la presencia de un problema de conducta nos indica sufrimiento y falta de bienestar del animal.
Uno de los problemas de conducta más frecuente es el comportamiento agresivo, y es importante no solamente desde el punto de vista de la Salud Pública por la gravedad de los accidentes por mordedura, sino también porque muchas veces es la causa de abandono o eutanasia del animal.
El comportamiento agresivo es una conducta normal de comunicación para la especie canina, pero según el contexto puede ser una respuesta anormal y va a depender su peligrosidad, del tamaño y fuerza de mordida del perro, independientemente de su raza. De manera que la agresión se puede manifestar en perros de cualquier sexo, raza y edad.
Hay muchos tipos de agresión. Por ejemplo la de tipo jerárquico donde la agresión la manifiesta hacia una o varias personas de la familia. Y solo se muestra agresivo en determinadas situaciones. Otro tipo de agresión es la territorial o protectora, o de tipo competitiva entre los perros que conviven, o de tipo sexual solo hacia otros perros del mismo sexo. También puede ser por miedo, por dolor, depredadora, posesiva, etc.
Los dueños deben identificar aquellas señales de advertencia como posturas corporales y expresiones faciales que el animal manifiesta antes de morder. Ante estas actitudes del animal las personas y especialmente los niños deben evitar cualquier interacción con el perro. Algunas de estas manifestaciones de agresividad pueden ser: gruñidos, muestra de dientes, mirada fija, pupilas dilatadas, cuerpo rígido, ladridos amenazantes, abalanzamiento, erizamiento del pelo.
Se deben evitar todas aquellas situaciones que sabemos desencadenan la agresión como por ejemplo: tocarlo, alzarlo, acariciarlo, acercarse a su comida, sacarle un hueso o juguete. Nunca dejar a los niños solos con estos animales o aquellos que desconocemos su comportamiento. Las personas adultas deben supervisar siempre las interacciones de los niños con sus perros. Nunca castigar a un perro agresivo.
Cualquiera sea la manifestación de agresividad, sea esta leve o grave, siempre debe ser estudiada y tratada en lo posible, entendiendo que la seguridad de las personas es prioritaria. Debemos resaltar el concepto de que cuanto antes se detecte el problema de conducta, de agresividad o cualquier otro problema, mayores serán las probabilidades de solucionarlo satisfactoriamente.
La educación adecuada del cachorro y la información a los dueños sobre tenencia responsable, van a ser los elementos fundamentales en la prevención de la agresividad.
Las personas asumimos una responsabilidad cuando adoptamos un animal de compañía y tenemos la obligación de darle las condiciones de vida necesarias para un buen desarrollo.
Dra. María Virginia Ragau